Balance

Noche cerrada y lluviosa de un día cualquiera de un raro diciembre, en el que el frío que te encoge aun no ha llegado para quedarse pero la lluvia y la humedad de la ciudad cala en lo más hondo de tu ser.
Me encontraba a una hora cualquiera, escuchando los típicos villancicos que se comienzan a escuchar a lo lejos en radios o a los anuncios navideños que empiezan a hacerse un huequecito en nuestras televisiones o mismamente cualquier canción navideña mítica que todo el mundo termina escuchando por estas fechas y que cuando suenan acabas dándolo todo como el que más, cuando me dio por ponerme a pensar, y sí, llegó ese momento del año en el que me gusta hacer un balance, aun no habiendo acabado el año es cierto, de todo lo acontecido a lo largo de este 2015 de cambios en cuanto a todo que repetiría una y mil veces.
Durante este año he aprendido grandes lecciones como por ejemplo disfrutar de mi vida y de mis errores, que para ello me servirán a mi para crecer como persona y mejorar; he aprendido que no todo el mundo que promete estar ahí lo está, y que no todos a los que llamas amigos pueden serlo, algunos se convierten en meros conocidos o incluso desconocidos que tal y como vinieron se fueron por la puerta, dejando a su ida una liberación dentro de ti que te hace pensar "menos mal", y es que gracias a todos los momentos que he vivido a lo largo de este año he podido descubrir quien de verdad está ahí para ayudarte y quien para ayudarte, si, pero a caer y ponerte la zancadilla cada vez que han podido. A toda esa gente que se fue de mi vida, gracias, me habéis hecho una mejor persona y más aun me habéis salvado de seguir perdiendo el tiempo con gente como vosotros, por ello GRACIAS.
A toda esa gente que se fue de mi vida, pero por culpa mía, les pido perdón por los errores cometidos con ellos, nadie es perfecto y menos lo soy yo, siento mucho que no esteis a mi lado, pero vosotros lo habéis decidido y yo acepto vuestra decisión, pero siempre ocuparéis un espacio muy importante en mi vida, pero sobre todo, en mi corazón.
Luego por fin, llega esa gente que como cada año, siempre se mantiene y sigue ahí al pie del cañón, para ayudarme a levantar en cada caída, que sacan las uñas y los dientes si es necesario cuando alguien intenta derribarme, esa gente que de verdad son los amigos que muchos les gustaría tener. 
Luego llega el momento de pensar en toda esa gente nueva que llega, que son un soplo de aire fresco en tu vida y te hacen cambiar, te hacen disfrutar de situaciones nuevas y vivir momentos inolvidables por los que siempre estarás agradecidas, y toda esa gente que aunque algo no sea como se quiera, siguen ahí y son grandes amigos a los que sabes que nunca perderás y que llegará la hora de hacerse viejecitos y hacer balance de todo lo vivido y estaremos orgullosos de todos los momentos que hemos conseguido disfrutar juntos, pero también de esos momentos de consolarnos unos a otros.
Este año, ha sido un año cojonudo del que no borraría ni una sola de las cosas que he pasado y vivido, porque sino, no sería quien soy ahora y no habría aprendido todo lo que he aprendido. Un año de cambios, y es que, ¿quién dijo que los cambios son malos?
Brindo por todos y cada una de las personas que ha formado parte de mi 2015, y brindo por un 2016 lleno de momentos enormes con vosotros. 

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