Cada persona es un mundo, y cada persona esconde su propio mundo.
Todos tenemos un lugar especial al que nos gusta huir y escapar de vez en cuando, cuando sientes que el peso del mundo sobre tus hombros es demasiado para seguir soportándolo, cuando sientes que el mundo se te viene encima y todo te queda grande. Ese lugar en el que simplemente pones tu música favorita, cierras los ojos, desconectad y echas tus problemas a un lado.
Un lugar donde puedes desahogarte perfectamente sin que nadie te pueda molestar, sin nadie que te diga nada ni te juzgue, donde los problemas dejan de existir para dejarte solamente a ti y a tus pensamientos por un rato a solas.
Es un lugar al que sabes que por muchos años que pasen, cuando necesites un tiempo para ti mismo, acudirás sin dudarlo un segundo para detenerte a pensar, ordenar tus pensamientos y volver a empezar.

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